¿Cuáles son los trámites de divorcio?
Ventajas del divorcio de mutuo acuerdo

Sin lugar a dudas, las rupturas matrimoniales son situaciones difíciles con un alto coste emocional para los cónyuges. No obstante, la ley regula en detalle los trámites de divorcio o separación para tratar de resolver esta problemática de la mejor forma posible. Te contamos qué pasos debes dar para hacerlo correctamente.

Antes de entrar en materia, es conveniente aclarar estos dos términos, que a veces generan una cierta confusión.

En este sentido, podemos decir que la principal diferencia entre separación y divorcio es que el divorcio supone la disolución del matrimonio, mientras que en la separación sigue vigente. No obstante, no debe confundirse la separación legal con un simple cese de la convivencia, que no tendría ningún efecto frente a terceros.

Una vez tomada la decisión de poner fin al matrimonio, ¿qué es lo primero antes de divorciarse? Sin lugar a dudas, el elemento principal que va a condicionar todos los trámites de divorcio será si existe o no acuerdo entre los cónyuges.

Las diferencias en términos de complejidad de trámites y coste económico es muy notable. Por tanto, siempre que sea posible, debería optarse por el divorcio amistoso. En cualquier caso, es muy recomendable que cuentes con asesoramiento legal para prevenir errores de tramitación que puedan alargar el proceso.

A continuación te contamos los principales trámites de divorcio en cada una de las dos modalidades:

Para iniciar un divorcio de mutuo acuerdo, el elemento más importante será la negociación entre los cónyuges de un acuerdo o convenio regulador que, según el artículo 90 del Código Civil, recoja aspectos como los siguientes:

  • Pensiones de alimentos.
  • Pensión compensatoria.
  • Custodia y régimen de visitas de los hijos.
  • Utilización de la vivienda familiar.

Una vez que exista acuerdo sobre estos puntos, podrá llevarse a cabo la tramitación del divorcio amistoso, que puede realizarse judicialmente o ante notario.

El divorcio ante notario solo puede aplicarse si la pareja no tiene hijos menores de edad. En este caso, y siempre que hayan transcurrido al menos tres meses desde el matrimonio, la tramitación es muy sencilla.

Basta con que ambos cónyuges acudáis a un notario para otorgar escritura pública donde se recoja vuestra voluntad de disolver el matrimonio, así como el contenido del convenio regulador que hayáis pactado previamente. Para este trámite es necesario que estéis asistidos por un abogado que os pueda asesorar en todo momento.

El divorcio de mutuo acuerdo por vía judicial no supone una tramitación compleja ni especialmente costosa. De hecho, basta con presentar una demanda de divorcioacompañada del convenio regulador y ratificarla en el juzgado correspondiente.

No obstante, el juez revisará el convenio para verificar que no contiene medidas perjudiciales para los hijos ni daña particularmente a uno de los cónyuges.

Como en el caso anterior, deberéis contar con asesoramiento de abogado y, además, estar representados por un procurador.

La tramitación del divorcio contencioso es mucho más compleja y cara que si existe acuerdo. De este modo, los pasos para iniciar un divorcio contencioso son los siguientes:

  • Presentación de la demanda de divorcio por parte de uno de los cónyuges.
  • Contestación de la demanda por el otro cónyuge.
  • Celebración de la vista ante el juez, asistidos por abogado y procurador.
  • Finalmente, el juez dictará la sentencia de divorcio, donde se recogerán las medidas que regularán la relación de los cónyuges en lo sucesivo, de similar modo a lo que indicábamos para el convenio amistoso.
En definitiva, siempre que sea posible y se cuente con el debido  asesoramiento legal, es recomendable acudir al divorcio amistoso. Como has visto, los trámites del divorcio de mutuo acuerdo son mucho más rápidos, baratos y sencillos que los de la vía contenciosa. Sin duda, el esfuerzo que supone llegar a un acuerdo razonable en estas situaciones difíciles merece la pena.
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