En qué fijarse al contratar un seguro de viaje

Preparar las maletas es una tarea que, generalmente, lleva implícita una emoción muy particular. Ya sea por la perspectiva de disfrutar de unos días de asueto en compañía de la familia, hacer el viaje de tu vida el último año de universidad o escaparte con tus amigos buscando esa compañía capaz de recomponer cuerpo y mente en el paraje más recóndito, viajar es uno de esos pequeños placeres de la vida. Incluso si el motivo de tu marcha tiene que ver con trabajo o estudios, puede suponer una experiencia inolvidable pero, en cualquiera de los escenarios, será aún más gratificante si minimizas los riesgos ante situaciones inesperadas.

Contratar un seguro de viaje es algo que has de contemplar si quieres olvidarte de las preocupaciones. Nadie pretende romperse una pierna dando un paseo a los pies de la Torre Eiffel o verse envuelto en un problema con la autoridad local como consecuencia del desconocimiento de la normativa vigente pero, en la práctica, éstas, y otras muchas, son escenas de lo más habitual. 

Pero ¿cómo elegir el mejor seguro de viaje? ¿En qué fijarse a la hora de contratar uno u otro? Leer bien las condiciones particulares de la póliza así como tener claras lascoberturas del seguro de viaje en cuestión son algunas de las claves que has de barajar antes de cerrar la maleta y dar por concluida la preparación de tus vacaciones.

Saber cuáles son las garantías que te ofrece cada producto es fundamental para elegir la fórmula más apropiada para tu viaje y, en este sentido, conviene tener en cuenta algunas consideraciones generales básicas:
La salud es lo primero y, en consecuencia, no está de más blindarla con un seguro de viaje capaz de hacer frente a cualquier eventualidad lejos del hogar. Atenderte tras una caída, una intervencción quirúrgica de urgencia o un simple dolor de muelas pueden suponer algo más que un trastorno físico si no dispones de unas coberturas médicas apropiadas que costeen este tipo de situaciones.
Sí, a priori, puede no parecer una cobertura indispensable pero ¿imaginas lo que sería viajar al hemisferio sur en pleno invierno y descubrir que tu maleta llena de jerseys de cuello vuelto no sale por la cinta? Con independencia de lo que supone en términos de molestias y retrasos, implica que deberás destinar parte del presupuesto del viaje a comprar algo de ropa y enseres de primera necesidad. Estos gastos pueden quedar cubiertos por tu seguro de viaje, al margen de la pertinente reclamación a la compañía de transporte.

Los imprevistos pueden asaltarte en cualquier momento de tus vacaciones y es que, hay cosas que uno no puede controlar. Por eso, asegúrate de contar entre las coberturas del seguro de viaje que elijas con una garantía de repatriación o regreso anticipado ya que, ante ciertas eventualidades, no tendrás que preocuparte de nada más que de volver a casa.

¿Tienes en mente recorrer Europa con tu mochila a cuestas? ¿Vas a hacer una escapada para esquiar con la familia? ¿Has decidido mejorar tu formación con un curso en el extranjero? ¿Asistes habitualmente a reuniones que implican desplazamientos lejos de tu oficina? Según el tipo de viaje (y viajero) que tengas en mente deberás fijarte también en cuánto tiempo te cubrirá el seguro elegido. Muchas pólizas ofrecen una versión anual que puede suponer un ahorro y un extra de tranquilidad.
En ocasiones, los seguros de viaje implican que seas tú quien abone ciertos gastos que quedan cubiertos por póliza pero, lo ideal es que lo consultes antes de contratarlo. Además, puedes incluir en las coberturas de seguro de viaje una garantía que no sólo no te haga abonar a ti los gastos por adelantado, sino que, te proporcione anticipos económicos durante el viaje tener que hacer frente a fianzas u honorarios de abogados.
Existe una amplia variedad de seguros de viaje entre los que puedes elegir el que mejor se adapte a tus necesidades. Tú eres quien mejor puede analizar los riesgos a los que te expondrás en tus vacaciones y siempre puedes encontrar una opción ajustada a tus posibilidades. Ganarás en tranquilidad por mucho menos de lo que imaginas.
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