Cork está situada en el suroeste de Irlanda, a poco más de 250 kilómetros de la capital. Quizás la forma más fácil de llegar a Cork sea a través de Dublín, ya que hay muchas conexiones aéreas desde la mayoría de aeropuertos europeos. Además, así podrás dedicar un par de días a conocer la fascinante y bulliciosa capital de Irlanda.
En cuanto a cómo llegar desde Dublín a Cork, las opciones son variadas, todas ellas muy rápidas y económicas. Desde alquilar un coche, hasta viajar en autobús o tomar un tren, solo te llevará unas dos horas y media llegar a tu destino.
De todos modos, si quieres llegar directamente a Cork por vía aérea, en determinadas épocas del año (sobre todo en verano), dispones de vuelos directos desde varias ciudades españolas.
Recuerda llevar siempre ropa adecuada para el cambiante tiempo irlandés y, como solemos recomendarte, contratar un buen seguro de viajes que pueda protegerte frente a cualquier incidencia durante tus vacaciones.
Cork está situada en el suroeste de Irlanda, a poco más de 250 kilómetros de la capital. Quizás la forma más fácil de llegar a Cork sea a través de Dublín, ya que hay muchas conexiones aéreas desde la mayoría de aeropuertos europeos. Además, así podrás dedicar un par de días a conocer la fascinante y bulliciosa capital de Irlanda.
En cuanto a cómo llegar desde Dublín a Cork, las opciones son variadas, todas ellas muy rápidas y económicas. Desde alquilar un coche, hasta viajar en autobús o tomar un tren, solo te llevará unas dos horas y media llegar a tu destino.
De todos modos, si quieres llegar directamente a Cork por vía aérea, en determinadas épocas del año (sobre todo en verano), dispones de vuelos directos desde varias ciudades españolas.
Aunque la ciudad es relativamente pequeña (tiene poco más de 200.000 habitantes), te sobrarán opciones para disfrutar de Cork en un día.
Te sugerimos empezar tu recorrido por el centro histórico de Cork, que se asienta en una isla en pleno río Lee. Además de callejear y descubrir tiendas y cafés con encanto, te recomendamos las siguientes paradas:
Más allá del centro histórico, Cork tiene muchos otros puntos de interés:
Si quieres alargar un poco más tu viaje, puedes aprovechar para acercarte al pequeño pueblo pesquero de Cobh. Está a menos de media hora en tren desde Cork y realmente merece la pena. Además de sus preciosas casas de colores y la imponente catedral de St. Colman, podrás conocer el último puerto que visitó el Titanic antes de su trágico final.
Cork ofrece muchas opciones de ocio para poner el broche de oro a un agotador día de turismo.
Sin duda, la música y la cerveza son dos iconos de Irlanda que están muy presentes en esta pequeña ciudad. En particular, la oferta de cervezas artesanales es realmente abrumadora. Si quieres hacerte una pequeña idea de cómo es realmente este magnífico producto, te recomendamos acercarte al pub Franciscan Well Brewery, a orillas del río Lee en el norte de la ciudad. Es uno de los mejores lugares de Cork para hacer una degustación de todo tipo de cervezas artesanales.
En cuanto a la música, además de los recintos más formales (como la ópera de Cork), cada día puedes disfrutar de decenas de conciertos en una enorme variedad de pubs y salas de concierto esparcidas por toda la ciudad.
Por último, aprovecha tu visita a Cork para probar algunos de los mejores platos de su rica gastronomía. Productos como el queso en sus infinitas variedades, el marisco (sobre todo las ostras), el salmón o los embutidos son de una excelente calidad.
Ahora que ya sabes qué ver en Cork en un día, seguro que estás deseando hacer las maletas y acercarte hasta este fascinante rincón de la verde Irlanda. Sin duda, no te arrepentirás de emprender este viaje. ¿No crees?