Diez cosas que hacer en Viena

La capital austriaca tiene un millón de cosas que hacer para vivir una experiencia inolvidable, pero sin duda hay 10 cosas que son imprescindibles para poder decir que, realmente, conoces Viena. Nosotros te las contamos:
Catedral de San Esteban
Está ubicada en pleno centro de la ciudad, en la plaza de mismo nombre, y es un impresionante edificio que mezcla el estilo gótico predominante con el tardorrománico del edificio original y elementos barrocos añadidos con posterioridad. Llama la atención la techumbre de tajas de colores que conforman figuras geométricas así como también el escudo de Austria.
Palacio de Schönbrunn
Este palacio, residencia de verano de la Familia Imperial austríaca, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996 junto con sus espléndidos jardines. A caballo entre el estilo barroco del edificio y el rococó de gran parte de su decoración interior, el edificio cuenta con multitud de objetos de la célebre emperatriz Sisí y unos extensos jardines en los que podemos encontrar fuentes monumentales, ruinas romanas, un laberinto, grandes invernaderos y el zoo más antiguo del mundo entre otros atractivos.
Es uno de los platos más tradicionales de la gastronomía austriaca y consiste en un filete, generalmente de ternera pero en ocasiones también se hace con cerdo, al cual se ablanda golpeándolo con una maza y posteriormente se empana y fríe con mantequilla. Aviso, las raciones pueden ser demasiado para una sola persona.
Noria en el parque Prater

El antiguo parque de atracciones de la ciudad es un lugar lleno de encanto exento del pago de una entrada, por lo que puedes acceder a la noria sin tener que pagar por todo el parque. Esta noria, que data de 1897, es una de las más antiguas del mundo en funcionamiento y fue una de las más altas en su momento.

Hoy en día no conserva su aspecto original, al haber tenido que ser modificada por los daños sufridos durante la II Guerra Mundial, pero sí que tiene la misma estructura y encanto de antaño.

Tarta Sacher
Esta espectacular tarta de chocolate rellena de mermelada de albaricoque y cubierta por una gruesa de chocolate puro es originaria de la capital austriaca y en el Hotel Sacher puedes degustar la receta original. ¡Te chuparás los dedos!
Casa Hundertwasser
Este edificio singular del que ya os hemos hablado con anterioridad es una de las visitas obligadas en Viena. Su peculiar aspecto que parece fruto de la imaginación de Tim Burton, es una obra de arte en sí misma. Hacerse un selfie ante su fachada para presumir con los amigos es casi un ritual.
Este museo requiere una visita profunda por la importancia del palacio en el que se encuentra y la magnífica colección de arte que alberga, pero, sin duda alguna, su obra más preciada por los turistas es El beso, del artista simbolista austriaco Gustav Klimt. El máximo exponente pictórico de la Secesión de Viena (el movimiento modernista vienés) cuenta además con otras obras de gran valor que podemos admirar en este museo como, por ejemplo, Judith con la cabeza de Holofernes.
Edificio de la Secesión

Este peculiar edificio del movimiento modernista vienés es uno de los más importantes de esta corriente artística, tanto por su aspecto exterior, cuya fachada blanca está rematada con una cúpula calada formada por hojas de laurel de metal dorado, como por su rica decoración interior.

Una de las piezas más destacables de este templo del arte secesionista es el Friso de Beethoven, un mural de 34 metros de largo en el que Klimt plasmó la interpretación wagneriana de la 9ª Sinfonía del compositor alemán al que hace referencia el título.

Ópera de Viena

Este templo de la lírica neorrenacentista es uno de los más importantes del panorama operístico mundial, pero sin embargo, cuenta con entradas adaptadas para todos los bolsillos. Si tu presupuesto es muy ajustado, puedes conseguir una entrada por 3€, eso sí, para ello tienes que acudir a la taquilla 90 minutos antes de que de comienzo, coger tu entrada (solo venden una por persona) y ver la función de pie en el último anfiteatro. 

Aunque a más de uno lo han tenido que recoger del suelo tras sufrir un desmayo debido al calor que se acumula en la zona, la experiencia merece la pena.

Es posible que por su nombre no te suene, pero si piensas en una escultura femenina paleolítica que represente la femineidad y la fecundidad, seguro que te viene a la cabeza esta pieza que tantas veces hemos visto representada en los libros de arte e historia durante nuestra etapa de estudiantes. Para verla tendrás que adentrarte en el Museo de Historia Natural de Viena.
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