Los "rituales" más famosos del mundo

Santa Sofía de Estambul es uno de los monumentos más atractivos de la ciudad junto con la Mezquita Azul, el Gran Bazar o el palacio de Topkapi, entre otros muchos tesoros que esconde la ciudad del Bósforo. Sin embargo, además del encanto propio de la imponente arquitectura de esta iglesia bizantina, reconvertida en mezquita y que ahora funciona únicamente como museo, encontramos una historia referente a una de sus columnas, fácilmente identificable por la cantidad de turistas que se congregan alrededor de la misma y por estar cubierta por unas placas de cobre alrededor de todo el perímetro inferior.
Columna de San Gregorio en la Basílica Santa Sofía

¿Qué tiene de especial esta columna? Pues que según dice la leyenda, San Gregorio Tauma­turgo se apareció junto a ella y desde entonces segrega sudor del santo y posee propiedades curativas. Otras leyendas cuentan que ésta fue construida con la saliva del mismísimo Mahoma y de ahí sus propiedades sanadoras.

Sea como sea, la tradición consiste en introducir el dedo pulgar en el agujero que hay en la placa de la columna y hacerlo girar 360º, si el dedo sale humedecido conseguiremos salud y sanar nuestras dolencias. La explicación no es muy científica pero tampoco perdemos nada por intentarlo ¿no?

De una columna sanadora pasamos a otra que promete alcanzar el Nirvana. Se trata de un pilar de madera que se encuentra en el interior del templo de Todaiji, en la ciudad sagrada de Nara, en Japón. Este pilar posee un gran hueco en su base que tiene el mismo tamaño que los orificios nasales del gran Buda que se encuentra en el mismo templo. Según la leyenda, quienes consigan atravesar el pilar a través de dicho orificio lograrán alcanzar el Nirvana, el estado de felicidad plena del alma según la tradición budista.  Un consejo, si tienes claustrofobia mejor no lo intentes.
Esta fuente monumental que ocupa casi la totalidad de la fachada de un palacio, es la mayor fuente de la ciudad de Roma y uno de los puntos más visitados de la ciudad. Aparte de su gran belleza y espectacularidad, uno de los motivos que atraen a gran cantidad de turistas hasta esta obra de arte es el ritual de la moneda.
Fontana di Trevi en Roma

Según la tradición, que parte de una película de 1954 llamada “Tres Monedas en la Fuente”, si lanzas una moneda a la fuente (debes hacerlo de espaldas y con la mano derecha sobre el hombro izquierdo) volverás a Roma, si tiras dos, encontrarás el amor y si tiras una tercera, te casarás con ese amor.

Este ritual ha supuesto que cada año, el ayuntamiento de la capital italiana recauda en torno a un millón de euros, eso sí, el dinero se destina a obras benéficas así al menos, si no se cumple lo prometido, te queda el consuelo de haber contribuido con una buena causa.

Un enorme toro de bronce embistiendo de 3.200 kilos se encuentra ubicado en Bowling Green Park, en pleno Distrito Financiero de Nueva York (próximo a Wall Street, de ahí su sobrenombre). Llamado originalmente Charging bull, se trata de una escultura del artista italoamericano Arturo di Modica y se ha convertido en el símbolo no oficial de la zona financiera más famosa del mundo, representando el optimismo y la prosperidad económica. Aunque su instalación en las calles neoyorkinas se realizó en 1989, ya existe una extendida tradición que consiste en tocar los testículos del broncíneo animal con el fin de atraer a la fortuna. Lo cierto es que para cumplir con este ritual, y más si queremos acompañarlo con una foto, hay que echarle paciencia ya que suele estar siempre rodeado de turistas desgastando el metal de sus partes más nobles.

¿Has hecho alguna de estas cosas? Todos hemos caído en estos u otros rituales con la intención de pedir un deseo, atraer a la fortuna o curarnos de nuestros males, sin embargo, la mejor forma de mantenernos sanos es mediante la prevención, por eso, ¿qué mejor que contratar tu seguro de viaje en lugar de confiar en las supersticiones? En Allianz Assistance te ofrecemos un seguro a tu medida, tanto si viajas por motivos profesionales, por estudios o por simple diversión. ¡No te olvides de tu seguro de viaje!

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