Curiosidades e historia del Templo de Luxor

El Antiguo Egipto siempre ha producido una gran fascinación. Los grandes monumentos como las enormes pirámides de Guiza, las majestuosas tumbas del Valle de los Reyes o las momias que se conservan en el Museo del Cairo, han alimentado la imaginación de cuantos disfrutan de la historia y la belleza del arte antiguo. Hoy hacemos una parada en el Templo de Luxor para conocer más sobre su historia y curiosidades.
Se trata de uno de los templos más importantes del Antiguo Egipto y sus ruinas se encuentran ubicadas en la ciudad homónima, que se sitúa en la región central del país, a orillas del río Nilo.  Su obra se debe, principalmente a dos importantes faraones, Amenhotep III y el gran Ramsés I: de este último podemos contemplar dos grandes efigies en la entrada del Templo.

El templo ha sufrido multitud de evoluciones ya que, lo que originariamente fue un templo de culto al dios más importante del panteón egipcio, Amón-Ra, se fue transformando con el paso de los años para albergar el culto a otras deidades. Durante la época ptolemaica, se veneró a Serapis, un dios sincrético que aunaba la tradición egipcia con la griega. Posteriormente, durante la época de dominio romano, se instaló, en primer lugar, una capilla en honor a Augusto, emperador que fue divinizado y posteriormente, cuando la legión romana convirtió el templo en un castro, albergó el culto a otras divinidades romanas.

Siglos más tarde, con la llegada del cristianismo y la aceptación de esta religión por parte del Imperio, se construyeron iglesias en el interior del gran recinto del templo y hoy en día aún se pueden ver restos de una que estaba situada en el patio de Ramsés II, sobre la cual se instaló posteriormente una mezquita dedicada a Abu El-Hagag, un santo local cuyas reliquias se guardan en su interior.

Estatuas del Templo de Luxor
En definitiva, entre el paso de egipcios, griegos, romanos, cristianos y musulmanes, este templo ha tenido actividad de culto durante más de 3.500 años y hoy en día mantiene activa su mezquita, por lo que podemos oír la llamada a la oración mientras contemplamos las ruinas de este faraónico templo.
Si observamos su fachada principal, podremos ver que ante los pilonos, se encuentran dos estatuas sedentes de Ramsés II flanqueadas por un obelisco y el pedestal del que debería ser su gemelo, sin embargo, el que falta es el que se encuentra actualmente en la Plaza de la Concordia de París y que fue donado por el gobernador egipcio Mehmet Ali en 1830 a petición del egiptólogo francés Jean François Champollion.
Estatuas de esfinges en el Templo Egipcio de Luxor
Continuando en el exterior, observaremos que la avenida que se desarrolla frente a su entrada principal está flanqueada a ambos lados por sendas hileras de esfinges con cabezas de carnero y humanas y que llegan hasta las puertas del santuario más importante del Antiguo Egipto, el Templo de Karnak. En total, 3 kilómetros de avenida con alrededor de 1.400 esfinges que constituían un paso procesional conocido como la Avenida de las Esfinges.
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