Origen del dicho: 'Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo'

En este mes de comuniones y bodas, en plena efervescencia de la primavera, no podría faltar un homenaje y aviso para el mes de mayo.

Seguro que alguna vez te ha sorprendido una repentina bajada de temperaturas entre mayo y principios de junio cuando te dirigías a la oficina y te diste cuenta con pesadumbre que te habías dejado la chaqueta en casa, o incluso volviste a por ella.

Cuántas veces durante esta época has tenido que resguardarte en un bar o bajo un soportal ante un inesperado e intenso chaparrón. O incluso observas con pesar cómo el hombre del tiempo avisa de la entrada en la Península de una borrasca tardía cuando ya habías hecho el cambio de la ropa de invierno el pasado fin de semana.

Origen del dicho: 'Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo'

Todos tus abrigos esperan a que los vuelvas a recoger en lo alto de tu armario. Al decir ‘cuarenta de mayo‘, el refrán se refiere a una fecha concreta: el 9 de junio. Se supone que a partir de entonces comienzan las temperaturas estivales de forma definitiva.

Se estima de tradición oral, por lo que no es posible estimar una fecha exacta del uso de esta expresión con garantías de no caer en un equívoco. Lo que está claro es su primera referencia escrita. Se trata de una poesía de Rodríguez Marón, publicada en el año 1896:

Hasta el cuarenta de mayo

no te quites el sayo;

Y si vuelve a llover,

vuélvetelo a poner. ”

Unos 102 años más tarde, escribe Joan Gomis:

Hasta cuarenta de mayo

no te quites el sayo;

y si el tiempo es importuno,

hasta el cuarenta de junio“.

Toma buena cuenta de este sabio refrán y no te dejes sorprender por las temperaturas, que aún pueden cambiar en los próximos días.

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