Se trata de la Pirámide de Cayo Cestio, un mausoleo con una base cuadrada de 30 metros de lado y una altura de 36,40 metros de alto que fue construido para el magistrado que le da nombre. Dicha pirámide data del año 12 a.C. y en el siglo III d.C. fue integrada como parte de los 19 kilómetros de muralla Aureliana, que pretendía defender a Roma de las invasiones bárbaras. En la actualidad, el mausoleo da nombre a una avenida que se encuentra enfrente del mismo, al otro lado de la Porta San Paolo, el Viale della Piramide Cestia. Cuenta también con una parada de metro, Pirámide.
El famoso artista barroco Bernini, fue el diseñador de los ángeles que adornan el puente situado frente al Castillo de Sant´Aangelo, sin embargo, a pesar de ser uno de los más afamados escultores de la época y haber realizado otras célebres esculturas de la ciudad, como por ejemplo, las de la Fuente de los 4 ríos de la Piazza Navona o el Éxtasis de Santa Teresa de la iglesia de Santa María de la Victoria, no esculpió él estos ángeles, a excepción de uno, el que porta la corona de espinas. No obstante, el original no es el que podemos ver en el pretil del puente, sino que se encuentra custodiado en la iglesia de Sant’Andrea delle Fratte.
Ubicados en sendos palacios a los lados de la Plaza del Campidoglio, estos museos ostentan el honor de ser los museos públicos más antiguos del mundo. La colección de piezas de arte romano, iniciada con una colección de bronces donada por el Papa Sixto IV, está repartida entre el Palacio de los Conservadores y el Palacio Nuevo y cuenta, entre otras importantes obras, con la Loba Capitolina.
La capital italiana cuenta con
al menos 8 obeliscos que fueron traídos de Egipto y distribuidos por la ciudad. Desde el que se encuentra en el centro de la
Plaza de San Pedro, que procede del Foro de Alejandría, hasta el que soporta sobre su lomo el elefante tallado por Bernini y conocido como el
Pulcino della Minerva , todos pertenecían a complejos templarios del antiguo Egipto.
Esta famosa fuente ubicada en la pequeña Piazza Mattei, cerca de Piazza Venezia, está compuesta por una bañera cuadrada en cuyo centro se ubica un pedestal de mármol con cuatro grandes conchas del mismo material y un gran jarrón que soporta otra bañera más pequeña y de forma circular. Alrededor del gran jarrón se sitúan 4 efebos de bronce, cada uno sobre un delfín del mismo material y sujetan una tortuga cada uno, las cuales parecen estar trepando a la bañera superior. Estas tortugas, que dan nombre a la fuente, no son las originales, ya que fueron sustituidas por copias tras el robo de una de ellas.