Descubre los cenotes mexicanos

 

 

Descubre los cenotes mexicanos: guía completa

Entre las muchas maravillas que reserva la rica diversidad geográfica y cultural de México, los cenotes son una experiencia inolvidable para los viajeros que los visitan. La palabra “cenote” proviene del maya "ts'ono'ot", que significa “hoyo con agua”, y es que estos se han formado a lo largo de miles de años por la erosión del agua sobre la roca caliza. La lluvia y los ríos subterráneos van creando grandes cavidades bajo tierra que acaban al descubierto.

Estas piscinas naturales eran lugares sagrados para los antiguos mayas, un lugar donde hacer rituales religiosos y ofrendas, y hoy en día se han convertido en uno de los atractivos turísticos más importantes del país, tanto por su historia como por lo bonitos que son. Recuerda que están abiertos a horas concretas y que hay que comprar una entrada para acceder a ellos. 

Es en la provincia de Yucatán, al sureste de México, donde encontrarás la mayoría de los cenotes, aunque están repartidos por otras regiones del país que explicaremos luego. Estos son algunos de los más visitados:
Este cenote es, sin duda, uno de los más icónicos de la zona por sus paredes cubiertas de vegetación y sus lianas colgantes. Se encuentra en plena selva mexicana, muy cerca de Chichén Itzá y es perfecto para refrescarte tras visitar la zona arqueológica. Podrás nadar tranquilamente junto a los muchos peces pequeños que viven allí e incluso lanzarte al agua desde plataformas de unos 5 metros de altura. No hay que preocuparse por la caída, Ik Kill tiene unos 40 metros de profundidad. 
El cenote X’kekén, o cenote Dzitnup, está cerrado, solo cuenta con una pequeña abertura en el techo que deja entrar los rayos de luz a su impresionante bóveda con estalactitas colgantes y aguas de color azul turquesa. Tiene unos 20 metros de profundidad con formaciones rocosas entre las que podrás nadar y hacer snorkel. Está a unos 15 minutos de Valladolid y muy cerca del cenote Samulá, por lo que muchos turistas aprovechan para visitar los dos en el mismo día. 
Consejos para visitar cenotes mexicanos
Zací está en pleno corazón de Valladolid, por lo que es ideal para los turistas que no quieran alejarse, pero sí disfrutar de un chapuzón antes de recorrer la ciudad. Este cenote semiabierto de paredes rocosas llenas de vegetación y agua cristalina tiene unos 30 metros de profundidad. Podrás saltar al agua desde distintas alturas, explorar la cueva y probar comida yucateca en el restaurante que está ubicado en el mismo lugar. Su nombre en maya significa “gavilán blanco”.
La provincia de Quintana Roo es una de las más visitadas del país, aquí está Cancún, Playa del Carmen y Tulum. La mayoría de los cenotes están ocultos en la selva y conectados con ríos subterráneos. ¡Una aventura a la que merece la pena apuntarse!

Cenote Dos Ojos es uno de los más famosos de México, su nombre se lo dan sus dos entradas conectadas por un sistema de ríos subterráneos por los que puedes hacer snorkel e incluso bucear entre impresionantes estalactitas y estalagmitas. La luz se filtra a través de pequeñas aberturas en el techo por lo que se crean mágicas sombras y reflejos en el agua.

Este cenote de aguas cristalinas está a unos 15 minutos de Tulum, en la Riviera Maya, y cuenta con más de 60 kilómetros de extensión y 118 metros de profundidad en algunos puntos. Es uno de los más grandes y profundos del mundo. 

Este cenote está muy cerca de Playa del Carmen y es uno de los más accesibles de la región. A diferencia del resto, el Cenote Azul es una gran piscina natural abierta de 26 metros de profundidad con aguas tan transparentes que puedes ver sin problema el fondo. Está rodeado de vegetación, incluso puedes ver iguanas y aves locales mientras te bañas, por lo que es uno de los favoritos para familias o personas que prefieren no aventurarse por cuevas o túneles subterráneos. 

Cenote Dos Ojos es uno de los más famosos de México, su nombre se lo dan sus dos entradas conectadas por un sistema de ríos subterráneos por los que puedes hacer snorkel e incluso bucear entre impresionantes estalactitas y estalagmitas. La luz se filtra a través de pequeñas aberturas en el techo por lo que se crean mágicas sombras y reflejos en el agua.

Este cenote de aguas cristalinas está a unos 15 minutos de Tulum, en la Riviera Maya, y cuenta con más de 60 kilómetros de extensión y 118 metros de profundidad en algunos puntos. Es uno de los más grandes y profundos del mundo. 

También muy cerca de Tulum, a unos 10 minutos en coche, el Cenote Manatí o Casa Cenote es conocido por conectar con el mar Caribe y su biodiversidad, combinando tanto agua dulce como agua salada. En este cenote mexicano podrás relajarte junto a manglares y todo tipo de fauna marina, así como hacer kayak o paddle boarding en sus tranquilas aguas de unos 5 y 8 metros de profundidad. Aunque cuesta, es posible avistar manatíes, de ahí su nombre.
Esta tercera provincia ubicada en la península de Yucatán, es quizá la menos conocida pero no se queda atrás. Es el mejor lugar para viajeros que buscan algo diferente y tranquilo en medio de la jungla sin lidiar con demasiado turismo. 
El Cenote Kankirixché se encuentra en el municipio de Calkiní, dentro de la selva tropical de la península de Yucatán. Tienes que ir si buscas un refugio tranquilo en el que descansar rodeado/a de naturaleza. Gracias a las aguas cristalinas de este cenote semiabierto, podrás ver las impresionantes formaciones rocosas del fondo y las raíces de los árboles que se extienden hacia el agua. Tienen unos 8 metros de profundidad y un acceso bastante sencillo. 
También en el municipio de Calkiní, el Cenote de Xcan es un tesoro oculto que merece una visita, perfecto para viajeros que buscan tranquilidad y una experiencia auténtica alejada de rutas turísticas. Su estructura está cerrada, es una bóveda natural de piedra que podrás explorar conforme te vas acercando al agua clara con 10 metros de profundidad. Podrás nadar y relajarte rodeado/a de silencio. 
El cenote Chilán se encuentra a unos 45 minutos de la ciudad de Campeche y es realmente fácil acceder a él gracias a las instalaciones de sus alrededores y los caminos que llevan directamente al lugar. Con aguas de unos 6 metros de profundidad, es un cenote abierto y rodeado de naturaleza gracias a su ubicación en plena selva yucateca. Aquí, podrás disfrutar de una atmósfera tranquila y privada. 

Los mayas creían que los cenotes eran lugares sagrados, puertas hacia el más allá en las que realizaban rituales y ofrendas para mostrar respeto a los dioses y buscar protección, fertilidad o bendiciones. Esa conexión espiritual sigue existiendo en las comunidades cercanas, siendo lugares con un gran valor cultural, escenarios de leyendas y cuentos populares que se han transmitido de generación en generación, además de rincones naturales increíbles.

Aunque los cenotes mexicanos son visitados por miles de turistas cada año, es importante entender la importancia histórica, cultural y espiritual que tienen para los locales. Recuerda mostrar respeto hacia ellos cuidando del ecosistema, siguiendo las normas de seguridad y manteniendo un comportamiento sereno en todo momento. No solo lo agradecerán, sino que tú también podrás disfrutar de un momento de calma y desconexión en un lugar mágico.

Los cenotes son ecosistemas delicados, por lo que te recomendamos llevar contigo una bolsa para recoger cualquier tipo de desecho que puedas generar. Si tienes intención de meterte en el agua, utiliza protectores solares biodegradables para proteger el medio ambiente. Los convencionales llevan químicos que pueden contaminar sus aguas turquesas y afectar tanto a la flora como a la fauna de la región. 
Antes de ir, revisa la accesibilidad y las características del cenote en cuestión. En general, es mejor llevar ropa cómoda, traje de baño y zapatos resistentes al agua o sandalias con buen agarre, pueden haber zonas irregulares o resbaladizas. No está de más llevar un sombrero o una gorra, mucha agua y gafas de sol para protegerte del sol.
Echa un vistazo a las normas de seguridad y conservación antes de bañarte en los cenotes, sigue las instrucciones de los guías o encargados para evitar complicaciones durante tu viaje. Podría haber zonas protegidas o actividades no permitidas, por ejemplo, algunos pueden estar abiertos solo para nadar, mientras que otros permiten hacer buceo o saltos desde lo alto. 
Muchos cenotes cobran una entrada de acceso al recinto y no siempre tienen opción de pago con tarjeta. Te recomendamos llevar algo de dinero en efectivo para que la visita sea más fluida, puede ser un poco complicado encontrar cajeros automáticos u otras alternativas en los que están más adentrados en la selva. 
Los cenotes mexicanos son el escenario ideal para sacar fotos espectaculares, aunque hay que ser respetuoso/a con otros turistas y no molestarlos durante su visita. Te aconsejamos ir pronto para evitar multitudes, así podrás sacar fotos más naturales y sin interrupciones. Recuerda disfrutar del momento y dedícate una pausa.
Con un seguro de viaje, siempre tendrás la tranquilidad y la protección que necesitas frente a los imprevistos más habituales. En Allianz Assistance, te acompañamos por todo México para que cuentes con coberturas como asistencia médica y reembolsos por cancelación de viaje, entre muchos otros. ¡Vas a vivir una auténtica aventura explorando los cenotes mexicanos! 
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