Marsella: El tesoro de la Provenza Francesa

Su situación la ha convertido en ciudad de paso de diferentes civilizaciones que la han dotado de una inestimable riqueza cultural. Su gran patrimonio artístico y cultural así como sus parajes naturales hacen de la ciudad más antigua de Francia un enclave de gran interés turístico.

Su desarrollo a lo largo de los años ha girado en torno a la vida del antiguo puerto “Le vieux Port”. Vigilando el puerto, y el mar, se encuentra la basílica de Notre Dame de la Garde, situada en la parte alta de la ciudad, desde donde se pueden contemplar unas vistas espectaculares. Henry Espérandieu, arquitecto de Notre Dame de la Garde estuvo también a cargo de la construcción de la catedral de la ciudad, Cathèdrale de la Major, desde 1872 hasta el año de su muerte, la influencia del arquitecto se puede observar a través de las similitudes que guardan ambos edificios.

El palacio de Longchamp, obra del mismo arquitecto, conmemora la construcción del canal para abastecer la ciudad con agua del Río Durance. El edificio alberga el Museo de Bellas Artes, el Museo de Historia Natural y el Jardín Botánico.

Junto al puerto y la catedral, encontramos la explanada del J4. Desde allí se puede acceder al MuCEM, la Villa Méditarranèe y el Museo Regards de Provence.

 

Catedral de Marsella
El corazón de la ciudad se encuentra en “Le panier” el barrio más antiguo de Marsella, donde se ubican el Hôtel de Ville (El ayuntamiento de la ciudad), los antiguos muelles romanos y La Charité, antiguo hospital destinado a acoger a mendigos y pobres en el que actualmente se encuentran el Museo de Arqueología Mediterránea, El Museo de Arte Africano, Oceánico y Amerindio, el centro Internacional de Poesía de Marsella y la cinemateca Le Miroir.
Si abandonamos el centro de la ciudad, Marsella nos muestra sus bellos paisajes naturales. No te puedes perder Les Calanques, un conjunto de pequeñas calas que recorren la costa marsellesa, y las islas de la región como la Isla de Riou, la Isla Maïre o la Isla Jarre.
Les Calanques
Por último, no puedes marcharte de la ciudad sin comer la célebre bullabesa o a alguno de los platos típicos elaborados a base de pescado fresco. Si quieres llevarte un recuerdo contigo los jabones de Marsella, las galletas tradicionales en forma de barco “navettes” o  los frascos de aceite  de la zona son los más populares.
¡Comparte en tus redes!