El origen de este dulce vienés se remonta a mediados del siglo XIX, cuando el repostero
Franz Sacher, de ahí el nombre de la tarta, comenzó a elaborarla. Actualmente podemos seguir encontrando la receta original en el
hotel de mismo nombre situado en
Viena. El postre consiste en dos capas de denso bizcocho de chocolate unidas por una fina capa de mermelada de albaricoque y todo ello recubierto por una gruesa capa de chocolate negro. Generalmente, las porciones van acompañadas de una buena crema de chantillí. Si eres un amante del chocolate, hará que rebañes bien el plato. Además, si después de probarla
in situ, quieres llevarte más a tu casa, es fácil encontrar por toda la ciudad porciones o tartas enteras embaladas para su transporte y dada la receta, se trata de un postre duradero.